Es difícil poner una etiqueta a los que no escolarizamos a los chicos…. podría elegir «educar sin escuela», «educar en familia», pero jamás lo llamaría «educar en casa».

No sólo es una etiqueta que confunde (porque quienes lo leen imaginan a nuestros hijos como seres raros metidos en una burbuja 15 años de sus vidas), también es una mentira. Nuestros hijos se educan en el mundo… y también en casa claro, pero es sólo una pequeña parte de su educación.

Quería contarles una anécdota para ilustrar mis pensamientos:

Hace unas semanas, tenía que ir al banco a pagar la tarjeta de crédito. Mientras desayunábamos se lo comenté a las nenas, y les dije que terminando de desayunar iríamos al banco a pagar la tarjeta, y regresando empezaríamos con las actividades pendientes.

Como la tarjeta estaba sobre la mesa (fue una siembra no intencional, lo confieso), enseguida llamó su atención; la tomaron, la miraron detenidamente, y comenzó la lluvia de preguntas:

– qué era una tarjeta de crédito

– para qué servía

– si cuando comprabas cosas y pagabas con la tarjeta era dinero que el banco te regalaba (costó que entendieran que era mi propio dinero jaja!)

– el tema del financiamiento

– horario del banco

… y seguramente alguna cosa más que no recuerdo ahora.

Mientras terminaba de cambiarme, las veo a las dos muy sentadas en su mesita escribiendo concentradas. Como ésa es una imagen muy común en casa, no les hice demasiado caso y seguí con lo mío.

A la hora de salir las llamo, y veo que las dos vienen con sus bolsitos colgando mientras terminaban de guardar algo…. tampoco les hice demasiado caso, cada vez que salimos les encanta llevar cosas en sus bolsos…

Y al llegar al banco, tomamos la ficha y nos sentamos, y ellas muy «propias» sacan…

SUS PROPIAS TARJETAS DE CREDITO !!!!!!!!!!!

Quedé asombrada!! no sólo yo, porque mientras me explicaban, las personas que estaban sentadas junto a nosotros estaban muy atentas a la explicación de las nenas, y sonreían extrañadas.

Estas son las tarjetas que hicieron.

Si se fijan, tienen un dibujo de una persona. Cuando las vi, les dije:

 – ¿éstas son ustedes, chicas?

– no – me respondió Gaia muy seria… – son las personas que están en los billetes del dinero.

En el momento no entendí muy bien por qué habían dibujado a las personas de los billetes… luego comprendí que era su manera de expresar lo que habían entendido de la conversación de la mañana: ¡la tarjeta de crédito es como llevar dinero!!!

Observaron atentamente toda la operación bancaria, y nos regresamos muy satisfechas de esta lección vivencial que, estoy segura, no olvidarán.