Antes de que los chicos se lancen a escribir, primero se preocupan por conocer «cómo suenan» esos signos que con tanta pasión aprenden a «dibujar».

Entonces es común que comiencen a relacionar letras con palabras, y entonces nos pueden llegar a preguntar:

– mami, ésta letra es la de dinosaurio ¿verdad? (refiriéndose a la «D»)

O cuando intentan armar alguna palabrita, la repiten para ellos mismos y luego tratan de comparar el sonido con otras palabras que ya conocen. Por ejemplo, al intentar escribir MESA:

– mmmmm…. va con la M de mamá ¿verdad?

– meeeeeeeee… ¡ahora la de Elefante!

… y así.

Aquí les comparto algún material que siempre le dejamos a mano a Zyani para que explore y aprenda no sólo la forma de las letras, sino su «sonido»:

El típico alfabeto de pared, con el dibujo de algún objeto o animalito cuyo nombre empiece con esa letra.
Con esto, los chicos comienzan a asociar la letra con su «sonido»

Este es un rompecabezas del alfabeto, por un lado el dibujo de un objeto, y por el otro la letra inicial.

Como por suerte este rompecabezas tiene dibujos diferentes a los que tiene su alfabeto de pared,
ella tiene que asociar sonidos a fuerzas. Así se da cuenta que, por ejemplo, la C del conejo del alfabeto de pared sirve también para «Casa».
los juegos didácticos están geniales, pero también es necesario trabajar su grafomotricidad. Para ello, la charola de maizena es ideal. Nosotras le hacemos el sonido de alguna letra y los chicos tienen que hacer la grafía de la letra en su charola.
Recuerdo que Zyani solía ir a consultar su alfabeto de pared antes de dibujar su letra.

Un material parecido al rompecabezas, pero aquí trae la palabra entera correspondiente al dibujo.
Tiene una ayuda: los colores de fondo de la palabra se corresponden con los colores de fondo del objeto.
Poco a poco van fijándose cada vez menos en los colores y le prestan más atención a la inicial de la palabra, y luego a toda la palabra.
Espero haber contribuido con alguna idea que no conocían!