Ser mamá que educa sin escuela es un aprendizaje constante arriba de una montaña rusa!!

De manera que no hay recetas para que nuestro día a día sea algo espectacular y productivo o para que nuestra casa sea un santuario de armonía y tranquilidad, pero sí ayuda mucho detectar algunos errores en nuestro quehacer cotidiano. Quiero hacer una serie de posts para hablar de algunos de los errores más dañinos que pueden sabotear nuestra determinación de educar sin escuela. Vamos con el primero:

 

homeschooling 

 

1- NO TENER RUTINAS EN TU DÍA A DÍA

¿Te acuerdas de la caricatura del Correcaminos? hay una imagen que se repite en casi todos los capítulos, y es cuando el Coyote está en la punta de la roca frente al precipicio, se rompe la roca, queda unos segundos suspendido en el aire con cara de «ups!» y luego cae al vacío. Cuando sacamos la escuela de nuestra vida, es como si nos sacaran la roca. Nos encontramos frente a un día sin horarios, y tomamos conciencia de que nosotras decidiremos qué hacer y cuándo hacerlo. Y nos sentimos tan libreeeeees!!!

Pero, ¿sabes qué? es una gran trampa. La falta de organización acarrea un caos tal que en poco tiempo serás esclava de ese caos. Todo quedará a medio hacer y te costará cada vez más ver con claridad el camino a seguir. Y la sensación de libertad durará lo que el coyote dura suspendido en el aire.

La falta de rutinas establecidas es una constante invitación a perder el tiempo, a tardarse más de la cuenta y a no tener la menor idea de lo que queremos del día que comienza; entonces nos limitamos a ir sacando las cosas a medida que se presentan, a ciegas y como podemos. Y lo peor de todo: llega la noche y  no sabes en qué se te fue todo el día.

Te recomiendo establecer rutinas fijas diarias (que no es lo mismo que tener horarios estrictos), y dejar ciertos espacios sin nada establecido. Pero asegúrate de que con esas rutinas cumples con todo aquello impostergable. Desarrolla tu voluntad y cúmplelas, y si algún día quieres patear el tablero y salir de paseo todo el día, no pasa nada 😉

Es importante también que todos en el grupo familiar tengan sus propias rutinas, personales y otras compartidas. Trata de que todos opinen y puedan armarlas llegando a acuerdos, recuerda tomar en cuenta las edades de cada uno para no sobreexigir. Y lo más importante: predica con el ejemplo. Preocúpate por cumplir tus rutinas antes de gritonear a tu hijo porque no ha hecho lo que le correspondía.

Herramientas útiles: temporizador, agenda, horarios pegados en el refri, lista de rutinas, lista de tareas pendientes que se puedan resolver en un tiempo corto (para ir haciendo en esos tiempos muertos como cuando esperamos que se caliente algo en el fuego).

Cuando establezcas rutinas y seas capaz de cumplirlas, no sólo va a sobrarte tiempo sino que te vas a sentir libre y satisfecha, y vas a ver grandes avances en todas las áreas de tu vida.