compararse

 

Estoy muy contenta con la enorme aceptación que ha tenido la serie «errores que sabotean tu homeschooling». Al conocerlos y detectarlos en nuestra propia cotidianidad, hace que ya tengamos la mitad de la batalla ganada 😉

Ok, hasta ahora vimos…

* No tener rutinas en tu día a día

* Ver para creer

 

Hoy quiero hablarte de algo dañino como termita. Nos carcome por dentro y nos llena de ansiedad e inseguridad… ¡y hasta de envidia diría yo!

Sí, adivinaste. Se trata de las comparaciones.

Resulta que decides iniciar la educación sin escuela. Luego de flotar  por meses en un mar de dudas e inseguridades, te acercas por fin a la playa de la decisión. Estás convencida de que lo mejor es hacerte cargo de su educación de tu peque.

Y así inicias feliz  y coleando la aventura homeschooler; estás realmente fascinada, preparas con amor cositas y materiales, y vas al museo, y haces un experimento y todo!!! Te sientes la mejor mamás del mundo, y eso que sientes se lo transmites a tu hijo y eso lo llena de alegría y energía.

Pero un día, tienes la infeliz y mortal idea de…. ¡¡¡VISITAR BLOGS DE OTRAS MAMÁS HOMESCHOOLERS!!!!!!!

Y te sientas con tu café y tu sonrisa frente a la compu, y empiezas a buscar….

¡¡¡¡HORROR!!!!! Comienzan a aparecer ante tus ojos imágenes de niños maravillosos estudiando la teoría de la relatividad y leyendo a Borges, y encima presentándose a un concurso nacional de ciencias…. luego aparecen fotos de miles…. ¡MILLONES!!!! de actividades padrísimas, con montones de material concreto tan precioso que no sabes si lo hizo la mamá en cuestión o contrataron al chico de Art Attack…

A estas alturas estás sudando y temblorosa. La felicidad que sentías con tus logros que ahora parecen tan microscópicos se ha esfumado por completo. Y en ese instante quedas infectada con el virus de la comparación.

¿Cómo curarnos e inmunizarnos contra este horrible virus?

En primer lugar, tienes que entender que en los blogs siempre colgamos las cosas más lindas que suceden en casa. Yo jamás sacaría una foto a mi hija llorando porque no le salió la actividad, ni tampoco el día en que mi casa era un caos de mugre y desorden y ese día no pudimos hacer nada de nada. Y no es porque uno quiera ocultar esas cosas, sino porque un blog debe ser un lugar que inspire, no que desmotive. Imagina un blog de cocina con fotos de comida chamuscada! Pero que no estén esas fotos no significa que a un cocinero jamás se le queme la comida, o que un postre nunca le quede horrible o desabrido.

En segundo lugar, cada mamá tiene su lado fuerte. Yo por ejemplo soy muy creativa al hacer actividades, pero tengo 2 manos izquierdas para hacer manualidades bonitas. Y cuando visito blogs de mamás que para presentar una actividad a sus hijos hacen unos sobres preciosos, o carpetas educativas que son como obras de arte, a mí se me vienen a la cabeza mis carpetas educativas que, si bien están muy bien estructuradas, de visuales tienen poco y nada. Detecta cuáles son tus fortalezas y agárrate fuerte de ellas.

En tercer lugar, tu hijo es único. Jamás lo compares con otros niños. Y al igual que tú, tu peque tiene sus fortalezas y talentos, y tu responsabilidad es trabajar en equipo con él para desarrollar todo su potencial y para que llegue a donde se proponga llegar. No pierdas el tiempo mirando a otros porque encima ni los conoces; sólo estás viendo una mínima parte de esos niños en fotos o en un post  escueto de su mamá.

 

Cada familia es encantadoramente diferente y única. Aprende a amar tu trabajo y el de tus hijos. Porque mientras pierdes tiempo comparándote con los demás y deseando ser lo que otros son, seguramente los otros se están comparando contigo y están deseando ser como tú.