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Una de las decisiones más difíciles como padres conscientes, es desescolarizar a nuestros hijos para empezar a educarlos sin escuela. Creo que desescolarizar es aún más dificil que hacer HS desde siempre, porque al pasar por la escuela (padres e hijos) la mente está «condicionada» y hay que hacer un gran trabajo para «liberarla».

A menudo recibo mails de papás que me cuentan que están por desescolarizar a sus hijos (o acaban de hacerlo) y se sienten desbordados, desorientados y/o faltos de un camino claro a seguir. Para ellos es esta serie de post, en los que intentaré dar algunas pautas que pueden ayudar en ese difícil momento.

1- Desescolariza tu mente

Desescolarizar tu mente es sacarte de encima aquellos paradigmas que -aunque no lo creas- vienen en nuestros genes, herencia de las generaciones pasadas, y que la institución escuela y la sociedad misma se encargan de recordarnos y grabarnos a fuego.

¿Y qué es un paradigma?

Un paradigma es el resultado de los usos y costumbres, de creencias establecidas. Un paradigma es ley hasta que es desbancado por otro nuevo. Un paradigma vigente llega a determinar nuestra percepción de la realidad, esto significa que no existe una percepción neutra y objetiva de los fenómenos, sino que la percepción se ve teñida por el paradigma en turno que nos controla y dirige. El paradigma entonces define lo que es realidad y descalifica las demás opciones.

¿Cuáles son algunos de los paradigmas que cargamos, con respecto a la escolarización? (de paso vas tildando aquellos en los que crees, y así te darás cuenta qué tan «escolarizada» está tu mente):

– si mis hijos no van a la escuela no van a aprender tanto como los que sí van, y por lo tanto estarán peor preparados para su futuro

– si no hay un maestro certificado delante de mi hijo, el aprendizaje no es posible

– los chicos son como cántaros vacíos que un profesional debe llenar con conocimientos

– el currículum oficial es el único medio que puede decirme lo que mi hijo debe saber y lo que no, y además a qué edad debería saberlo. Alguien de la secretaría de educación así lo confeccionó y esa persona debe saber muchísimo de educación y por eso nos dice a todos qué hay que aprender.

– la competencia entre pares es crucial como motivadora del aprendizaje

– si no hay escuela, no existe socialización posible

– si mi hijo no es bueno en matemáticas y español, es menos capaz y menos inteligente que sus compañeros que son muy buenos en estas áreas; probablemente sea un fracasado y no consiga lo que desea para su vida. Por esta razón un niño que es un genio en las artes y pésimo en mates y español jamás será escolta de la bandera.

– si no hay premios y castigos es imposible que mi hijo quiera aprender, por eso son muy necesarias las calificaciones, los sellos de caras tristes o alegres que usan los maestros, el cuadro de honor, los escoltas de la bandera, los diplomas al mejor promedio, las malas notas en el cuaderno, etc.

 

La «escolarización mental» tiene raíces muy profundas. Muchas veces creemos que nos hemos sacado de encima alguno de estos paradigmas que te mencioné arriba, y en el momento menos pensado salen a la luz: cuando le estamos diciendo algo a nuestro hijo, cuando nos enojamos y lo regañamos, en medio de la explicación de un tema académico, cuando nuestro hijo hace alguna actividad mal o no siente deseos de hacerla, cuando alguien nos está cuestionando nuestra decisión de educar sin escuela, etc.

No te sientas mal si te cuesta liberarte de esta mega-bolsa llena de trabas y cuestiones que te llenan de dudas, de falta de confianza, de condicionamientos. Nadie ha podido zafar de estos paradigmas de la noche a la mañana. Es un trabajo personal, reflexivo y muy lento que debemos iniciar desde el día en que decidimos desescolarizar; es un trabajo constante que para algunos de nosotros no termina nunca 😉

Lo importante es que reflexiones profundamente sobre cada uno de los paradigmas. Comprobarás que muchos de ellos no tienen ningún tipo de fundamento, en otros verás las intenciones ocultas de su existencia. Y tal vez te quedarán algunos que podrás eliminar a medida que avanzas en el camino con tus hijos, y la experiencia con ellos te demostrará que no era como «te lo habían pretendido hacer creer» 😉

 

Hasta la próxima entrega!

 

Algunos artículos para profundizar:

¿Estás segura que el mejor recurso para el óptimo desarrollo de tu hijo…. es la escuela?

¿Y qué hay de la socialización?

Desescolarizar tu mente es un asunto de confianza

¿Estás confeccionando una educación a la medida de tu hijo?

Una mirada crítica a los castigos, premios, sobornos y amenazas