El martes pasado tuve el placer de participar de un hangout junto a mi querida amiga Priscila Salazar y Cecilia Arévalo, una mamá homeschooler de 5 hijos cuyas edades van desde los 5 a los 18 años.

Se trató de reflexionar acerca de nuestros hijos, y de cómo prepararlos para enfrentar al mundo cuando llegue el momento en que ellos se insertarán activamente en la sociedad, ya sea siguiendo una carrera universitaria, trabajando en un sitio de su interés, abriéndose camino como artistas, etc.

 Al final de este post he insertado la grabación de la charla, por si no pudiste escucharla o quieres repasar algún punto.

 La verdad, se me hizo demasiado corta, a pesar de que duró casi una hora cuarenta minutos. ¡Había tanto para desmenuzar! Creo que las tres teníamos para hablar unas horas más…

De los aspectos «no académicos» creo que te he contado bastante en profundidad lo que pienso, pero me ha faltado hablar de 3 cositas referentes sobre todo a la parte «académica» de la educación sin escuela, que me gustaría compartirte a modo de reflexión. Como siempre te digo, son «mis» opiniones y mi muy particular punto de vista.

 

EN LATINOAMÉRICA NO TENEMOS SUFICIENTES REFERENTES DE ADOLESCENTES Y JÓVENES EDUCADOS SIN ESCUELA

 

Hay una realidad: el movimiento homeschooler en Latinoamérica es aún muy joven. Si bien existe el movimiento cristiano en el que muchas familias han educado en casa desde hace décadas, la realidad es que la «gran explosión» sucedió desde hace unos 3 años hasta la fecha. Muchos padres comenzaron a plantearse ofrecer a sus hijos una educación diferente, y el internet los ayudó en gran medida a informarse y a tomar la decisión de dilatar la entrada de sus hijos al sistema o a desescolarizar.

 Por lo tanto, hay casi nula información de familias latinas que estén educando a adolescentes y jóvenes. Sí tenemos muchísimos referentes de familias HS con pequeñitos y niños para poder inspirarnos, familias que siguen diferentes corrientes y filosofías educativas, tenemos blogs, grupos y sitios que nos llenan de información, nos hablan acerca de cuáles son las mejores actividades para preescolares, qué estrategias usar con niños de primaria, y luego…. el vacío.

 Esto, a mi criterio, influye directamente en la falta de visión de muchas familias educadoras, una visión que vaya más allá de certificar la primaria (y me atrevería a decir que muchas veces la visión ni siquiera incluye ese momento de certificación).

A mí me pasa que leo comentarios en grupos, o post y artículos en blogs de familias educadoras, y me surge el deseo de adelantarme 10 o 15 años y ver como se están abriendo paso todos esos futuros jovencitos que hoy están siendo educados bajo diferentes corrientes educativas, desde las más tradicionales hasta las más liberales… ¿A ti no te pasa?!

Algún día este vacío será llenado. Yo misma iré plasmando en mi blog las experiencias con mis futuras adolescentes, y como yo, habrá otras familias que hagan lo mismo. Seguramente nuestras experiencias servirán de inspiración a las familias que vienen detrás.

 

ETAPAS DIFERENTES, NECESIDADES DIFERENTES

 

Definitivamente, una mamá con niños pequeños, no puede aconsejar a una mamá de un adolescente basándose en su experiencia diaria con sus hijitos. Porque lo que es más conveniente en cierta etapa, podría resultar hasta nocivo en otra.

Podemos ser muy relajados con la parte académica de los niños (me atrevería a decir que en los primeros 8 años de vida no es necesaria ninguna instrucción académica si así lo deseas) , pero, a no ser que nuestros chicos quieran seguir alguna profesión para la que no se requiera certificación alguna, es inevitable que en cierto momento tengamos que ponernos en sintonía con el sistema. Puede suceder entre los 10 y los 12 si nuestros chicos tienen que certificar primaria (aquí dependiendo del sistema de cada país), sucederá igual para certificar la secundaria y la preparatoria. Este último período es mucho más exigente! porque al principio tuvimos 10 o 12 años para que los chicos asimilen contenidos elementales de primaria, pero luego tienen sólo 3 años para que asimilen los de secundaria, y en preparatoria qué te digo. Definitivamente las estrategias, los tiempos, la intensidad y dificultad de los contenidos es radicalmente diferente.

 Si realmente lo que queremos es que los chicos disfruten de estos años maravillosos previos a su juventud, sería contradictorio que no hagamos absolutamente nada al respecto hasta que nos sorprendan esos momentos en los que hay que estar a la altura del sistema. Porque nos guste o no, son «trámites» que les darán el pase libre a los chicos para luego poder estudiar lo que han elegido (te repito, a no ser que sus sueños puedan materializarse sin necesidad del sistema).

 «Dosificar» es una solución inteligente, relajada, visionaria. A mis ojos, claro.

 

REINVÉNTATE, CAMBIA DE RUMBO, ADÁPTATE A LAS NUEVAS NECESIDADES DE TUS HIJOS

 

No soy una experta en el tema, sólo una mamá con visión y muchas ganas de hacer lo mejor para mis hijas.

Así como me siento muy segura de cómo educar a Zyani, con Gaia es diferente. Ahora que termine de certificar su primaria, llega una nueva etapa en la que tengo cero experiencia y referencias, mucha disposición y también mucha ansiedad!

Y para que te hagas una idea del por qué de mi ansiedad, te voy a contar lo que acaba de sucederme. Desde siempre Gaia me había dicho que quería hacer todos sus estudios en casa, y luego ya se decidiría por alguna universidad, o escuela superior, o conservatorio… o lo que necesite para hacer en su vida lo que quiera hacer! Y en base a eso yo había trazado mi plan.

 De acuerdo a ese plan, luego de que Gaia certificara primaria, habíamos decidido que los siguientes años ella no estudiaría los contenidos de secundaria, sino que se dedicaría a algunos proyectos. Y a los 15 años iríamos aprendiendo con INEA, sin apuros.

 Hace poco nos comunicó a papá y a mí que ha decidido hacer la prepa presencial. Esto puso patas para arriba mi plan, porque las reglas del juego cambiaron. Ahora tendrá que enfrentarse al sistema antes de lo que yo creía, así que hay que empezar a «dosificar» contenidos para que pueda seguir con sus proyectos y prepararse tranquila. Así, al ingresar, tendrá todos los saberes necesarios como para que no sea estresante ni frustrante cursar su prepa, y pueda disfrutar a pleno de la experiencia.

 ¡¡¡Agradezo tanto que me lo haya dicho ahora y no en 3 años!!!!!

Quienes me vean trabajar con ella en los próximos años, tal vez se preguntarán: «¿por qué alguien que llevaba la parte académica tan relajada, de repente enloqueció y anda enseñando tantos contenidos? Claro, ya no está tan segura de su filosofía». A veces lo que se ve externamente dice poco y nada, lo verdaderamente importante es tener en claro las razones por las que decidimos optar por una estrategia, o cambiar de rumbo, o ajustarnos o aflojar. No hacer algo porque «toca» o por inseguridad, sino porque es exactamente lo que necesitan nuestros hijos para cumplir sus objetivos, ni más ni menos.

 La clave es tener el poder de reinventarte lo más rápido que puedas para adaptarte a las nuevas necesidades de tus hijos, para ser la facilitadora que les provea lo necesario para lograr sus objetivos.

 

Tal vez te choque considerar aspectos académicos en un entorno que nos grita permanentemente que lo mejor es no intervenir. Te animo a sentarte con papel y lápiz y anotar qué retos tendrán tus hijos en proceso, cuándo y dónde serán esos puntos de intersección entre tu vida homeschooler y el sistema, y cómo podrías ayudarlos a que no sean experiencias estresantes o traumáticas. ¿Tu hijo desea ser músico? ¿Qué tal si investigas los requisitos que piden los conservatorios, o si necesitas certificar paralelamente sus estudios primarios y secundarios? ¿Tu hijo quiere estudiar en el extranjero? ¿Qué tal si vas pensando en estudiar algunos idiomas, para que llegado el momento pueda desenvolverse en el nuevo país con seguridad y confianza? ¿Tu hijo se inclina por áreas como las ciencias o la astronomía, la literatura o la medicina? Entonces necesitará asistir a una universidad… ¿te estás anticipando a los pasos previos, tal como su certificación de estudios y su examen de ingreso a la universidad que elija? No te estoy diciendo que si tienes un peque de 5 años, lo sientes ya mismo a estudiar, lo que te aconsejo es que traces tu plan de acción, para saber cuándo empezar a trabajar para alcanzar cada reto que se le presentará a tal o cual edad, de acuerdo a cada niño en particular y a lo que tú quieres para tu hijo.

 

Anímate. Comprométete con ellos. No esperes a que se las arreglen solos llegado el momento; no es necesario tanto estrés si tú estás ahí para equiparlos de lo necesario para que puedan avanzar a paso firme. Te aseguro de que el tiempo que dedicarán a esto es muchísimo menos de lo que imaginas. Con las estrategias y enfoque adecuados, no arruinarás su vida, ni matarás su creatividad y motivación, o sus ganas de aprender.

Y no te olvides de todos los aspectos no académicos de los que hablamos en la charla, que en definitiva son tanto o más importantes que los académicos.

 

Te mando un gran abrazo. Todo lo que escribí va con muchísimo cariño, pensando en mis hijas y también en tus hijos.