Y sí, en el título puse «madre». Si algún papá se siente excluido le pido disculpas sinceras, pero la verdad «verdadera» es que estos temas afectan casi en un 100% a la madre homeschooler, y por eso quiero escribirle a ella.

En estas semanas he leído bastantes artículos acerca de respetar intereses de los chicos y no empujar a aprender cosas que no son de su interés. Leí opiniones de «ambos bandos». Algunas hicieron eco en mí, otras la verdad que no.

Percibo que éste es un tema muy importante para toda madre homeschooler. La eterna pregunta de si «no estamos presionando demasiado» o, por el contrario, si «no estamos preparando bien a los chicos por el hecho de seguir únicamente sus intereses».

Quisiera dar mi opinión al respecto, y te pido que lo tomes como sólo eso, una opinión sincera de una mamá que siempre educó sin escuela a sus hijas de 7 y 11 años, y que tiene el privilegio de escuchar las experiencias de muchas familias HS.

Es fundamental que respetes los intereses y talentos de tus hijos

Todos los nenes tienen talentos en algún área. ¿lo fácil para una madre? que sus hijos sean excelentes matemáticos, o científicos, o lectores compulsivos, o escriban maravillosamente bien. La sociedad valora mucho este tipo de talentos en niños (digo en niños porque curiosamente cuando llegan a adultos el «valor especial» desaparece y se iguala al de cualquier otro talento). Sólo basta preguntarle a un grupo de maestros de primaria cuáles son sus mejores alumnos y por qué los consideran mejores que el resto.

¿lo difícil para una madre? que su hijo sobresalga en deportes, o en relaciones inter/intrapersonales, o sea un potencial músico, o bailarín, o dibujante. ¿Por qué es difícil? Sencillo: el 99% de los padres homeschoolers fuimos escolarizados, y nos guste o no, inconscientemente o no, damos mucha importancia a las mates y la lectoescritura. Y nos aterra cuando nuestros chicos tienen 5, 6, 7, 8 años y siguen sin interesarse en escribir bien o hacer bien una operación matemática.

El primer paso es aceptar que cada pequeño llega al mundo con una «potencialidad». Una razón y propósito directamente ligado a sus aptitudes naturales. Nuestro trabajo es ayudarlo a sacar lo mejor de ese potencial. Es inútil querer cambiar esto, es como sembrar una semilla de rosal y cuidarla pretendiendo que la plantita nos dé una flor de gardenia.

Por todo esto, te reto a descubrir los intereses y talentos de tus hijos, y ayudarlos a llegar al límite. Pero ojo! esto no significa que lo presiones (conozco historias de grandes músicos que tienen detrás una historia de abuso por parte de sus padres, obligándolos a ejercitar horas interminables, llevándolos a una niñez miserable). Mejor te pongo un ejemplo concreto. Imagina que a tu peque le encanta la música. Las acciones que podrías poner en práctica para acompañarlo y ayudarlo a sacar todo su potencial podría ser:

– brindarle un ambiente musical rico

– hacer una selección musical amplia, y llenar el día a día de momentos musicales

– llevarlo a conciertos de todo tipo

– cantar con él

– llevarlo a clases de algún instrumento

– darle la oportunidad de conocer diferentes instrumentistas que puedan charlar con él, mostrarles sus instrumentos y contagiarlo con su propia pasión

– darle info acerca de todo el abanico de profesiones y oficios que se derivan de la pasión por la música.

– llevarlo a visitar a un luthier, a un compositor, a un musicalizador de radio, a un músico, a un director de orquesta, etc.

¡Y así podría seguir dándote ideas! Esto significa acompañar sus intereses. Esto significa ayudarlo a sacar todo su potencial.

 

¿Y los intereses de los papás en cuanto a «qué deberían saber sus hijos» no cuentan?

Ok, seguir los intereses del niño está fenomenal. ¿Pero es suficiente? Yo digo un rotundo NO (y sé que con esto se me viene un mar de críticas, respetables todas).

Como adultos conocemos bien la sociedad en la que vivimos. Sabemos qué saberes pueden ayudar enormemente a un individuo para poder hacer lo que se proponga. Sabemos qué herramientas se utilizan siempre en la vida y qué beneficios te da el poseerlas. Este conocimiento lo adquirimos a través de la experiencia, y serán conocimientos diferentes, dependiendo el lugar geográfico en el que vivamos, el tipo de vida que llevemos, y el tipo de cultura que nos rodee. Por esta razón no te puedo hacer una lista de «las 10 herramientas y saberes que le debes regalar a tus hijos», pero sí te puedo aconsejar que hagas tu propia lista, basándote en tu experiencia como adulto y en la observación de tu entorno.

Por ejemplo, si yo viviera en el medio de la selva, seguramente le enseñaría a mis hijas a reconocer los diferentes tipos de víboras y a saber qué hacer en caso de una mordedura, y me importaría un bledo si tienen interés en la vida de los ofidios. Esto no quita que buscaría las estrategias más atractivas para enseñarles.

Otro ejemplo: en los tiempos que vivimos, yo me preocuparía por enseñar a mis hijas a utilizar el internet y exprimir al máximo todo su potencial. Y tampoco esperaría a que tengan el interés, para mí es básico porque conozco todos los beneficios que esto puede aportarles a corto, mediano y largo plazo.

Si te fijas bien en mi redacción, utilicé el «YO». Porque serían las cosas que incluiría en «mi» lista; en la tuya no tengo ni idea, porque no sé quién eres, ni dónde vives, ni cuál es tu entorno, ni cuál es tu estilo de vida. Por eso es tan importante no copiar a otras familias que educan sin escuela, y centrarnos en lo que nuestros hijos necesitan, haciendo una mirada profunda hacia adentro y no hacia afuera.

Importante: cuida de que en tu lista haya cosas que tengan un «por qué» lo suficientemente poderoso como para trabajar en ello aún sin el interés de tus hijos. Si tu «por qué» es «porque está en el currículum  correspondiente a la edad de mi hijo de la Secretaría de Educación» pues….. pues….. te pediría amablemente que lo reconsideraras =)

Y por último: Para brindar un conocimiento que tus hijos no pidan, tienes que tener en cuenta 4 cosas más:

que tus hijos estén madurativamente listos para recibirlo

que tus estrategias sean las adecuadas, respetando las formas de aprender de los chicos, los tiempos de concentración y el ambiente que los rodea en el momento de dedicarse a dicho aprendizaje (formal o no formal)

– que jamás el brindarle ese conocimiento signifique que tus hijos lo pasen mal o se fracture tu relación con ellos

que no exageres con la «profundidad» del conocimiento que quieres brindar si no es realmente necesario (por darte un ejemplo exagerado, una cosa es que tu hijo pueda comunicarse en forma escrita correctamente, y otra muy diferente es que sea capaz de escribir un best seller)

 

Me despido por ahora, no sin antes regalarte esta fórmula maravillosa:

Sus intereses + tus intereses = el mejor regalo que les puedes dar a tus hijos =)

 

Hasta la próxima!