Tarde del sábado, mate dulce y rock argentino de fondo.

Si me sigues desde hace tiempo, sabes que soy una enamorada del homeschooling. De todas las opciones que hay para que nuestras hijas se eduquen, sin lugar a dudas es la que más nos cierra por todos lados, y cada día de los últimos 10 años mi pareja y yo hemos vuelto a elegir este estilo de vida. Pero ocurre algo muy loco con los papás que llevamos muchos años en esto: Al principio, eres pura adrenalina. Estás eufórico, con unas ganas tremendas de salir puerta a puerta a predicar lo maravilloso y perfecto que es el HS, compartir tus descubrimientos y criticar ferozmente al sistema. ¡Querrías convencer a todo el mundo de que te siga! Luego, cuando pasan 2… 3 años quizás, esa adrenalina se convierte en una calma brutal; y en medio de esa calma comienzas a transitar el camino con una visión más amplia y objetiva de la cosa. En vez de idealizar ciegamente, resulta que estás más atento, más autocrítico, más analítico.

Todo este rollo para contarte acerca de uno de esos aspectos que hoy me hacen reflexionar y repensar el camino a seguir. Aquí te va:

En mi post de la semana pasada, te comentaba que en este último tiempo  había reflexionado mucho acerca de la relación entre lo que a los papás nos interesa y lo que terminamos acercando (y transmitiendo) a los hijos.

Todo surgió porque siempre me ha preocupado limitar de alguna manera a las nenas. Vamos, que cuando educamos sin escuela, además de ocuparnos de todas las áreas que nos competen como padres, también somos los referentes más fuertes de los chicos (que no los únicos, pero sí los que más influimos) en cuanto a saberes e intereses de diferentes campos: arte, ciencias, humanidades, deportes… Entonces, la pregunta que me surge es:

¿Podemos los padres HS exponer a los chicos a los diferentes campos con igual gusto y dedicación, para que ellos amplíen su «universo», se inspiren, prueben y descubran si alguna de las experiencias ofrecidas les ha despertado la llamita de la pasión?

Mi conclusión es que no podemos hacerlo. En primer lugar por «lo que somos». Cada uno de nosotros tiene sus pasiones e intereses, y seguramente un ambiente rico en elementos para seguir esos intereses. Cada uno de nosotros dedica tiempo a hacer lo que le apasiona y, sin siquiera hablar de ello, somos ejemplo e inspiración para nuestros hijos.

Por otro lado, hay áreas que a nosotros los papás no nos interesan para nada y hasta podemos llegar a rechazarlas. Por lo tanto en nuestro entorno no tendremos tantos elementos u oportunidades para que los chicos se desarrollen en esas áreas. Ni tampoco tendremos esa pasión que sí destilamos en aquellas áreas que nos gustan. En el mejor de los casos podemos preparar una clase bien cuidada, desarrollarla, hasta decir las mismas palabras que diría un apasionado del tema y ofrecer los mismos recursos. Pero definitivamente, los chicos recibirían cosas muy diferentes de uno y del otro. Es algo intangible, y a la vez muy poderoso, que está o no está. Que contagia o no contagia. Que inspira o no inspira. Así de sencillo.

Tengo un ejemplo concreto:

En casa somos artistas. Papá y mamá. Yo soy músico y comunicóloga; amo escribir, bloguear, transmitir. Papá es diseñador, dibujante y amante de la fotografía. 

No necesité en ningún momento decirles a las nenas: «vamos a empezar con clases de música» «vamos a aprender dibujo»; «hoy van a abrir un blog», «mañana se crearán una página en Facebook para hablar de tal o cual tema». Simplemente, se dio naturalmente. El ambiente las seducía cada minuto de cada día para que se acerquen a esas áreas. Ellas tocan, componen, pintan, escriben, bloguean. Para ellas es lo más natural del mundo. Claro, de nuestro mundo.

¿Qué hubiera pasado si yo fuera científica? ¿Si estuviera trabajando constantemente en casa, con un ambiente fabuloso lleno de substancias, tubos de ensayo y placas de petri? ¿Si compartiera a diario con ellas mis descubrimientos, mi pasión por lo que hago? ¿Ellas serían diferentes? ¿Elegirían otras áreas para desarrollar o les interesaría pasar gran parte del tiempo en el laboratorio? ¿Influiría este ambiente en su decisión de dedicarse a tal o cual cosa en el futuro?

Sé que hay niños que, en los ambientes más estériles, han desarrollado talentos y pasiones increíbles. Lo que no sé (ni sabré) es qué personas se cruzaron en algún momento del camino de esos niños, ni cuánto tiempo, ni de qué manera pudieron influir en ellos.

Si reviso mi propia historia, puedo detectar dónde, cuándo y de quiénes he recibido inspiración, apoyo y recursos para ser quien soy, para dedicarme a lo que me dedico con tanto amor y pasión. Y sé que si mis padres hubieran sido mis únicos referentes, no sería la persona que soy. Ni mejor ni peor, simplemente diferente.

Pensando en todo esto, me di a la tarea de definir acciones concretas que podrían ampliar el «universo» de las nenas, dentro de la realidad de estar con nosotros la mayor parte del tiempo. Esto es lo que llevo anotado:

  • Para este año me he propuesto detectar las áreas que más he relegado en casa en estos años, y darme la oportunidad de conocerlas más a fondo, de indagar, de encontrarles el gustito,  para luego ser el puente entre esas áreas y mis hijas.
  • Me he propuesto también dejar de jerarquizar el arte colocándolo en la cima de la pirámide sólo porque es lo que a mí me apasiona; creo que debo tener más perspectiva al momento de querer ampliar la gama de áreas para que las nenas exploren.
  • También este año he conversado muchísimo con papá para que él se ocupe de 2 áreas que a él le encantan y a mi no: historia y geografía. Ya tuvieron las primeras «clases» con él, y juro que hasta yo dejé de hacer lo que estaba haciendo para escuchar las conversaciones, viajar con Google Earth, conocer curiosidades y demás cositas geniales. En la reacción de las nenas pude ver claramente la diferencia entre él y yo. Esto me dio la pauta de que no estoy del todo perdida en mis percepciones.
  • En la medida de nuestras posibilidades, nos gustaría acercar a las nenas con expertos apasionados de áreas que nos resultan extremadamente ajenas, para que ellas puedan dar una probadita a diferentes áreas y tengan la oportunidad de indagar si son áreas de su interés. Hablo de algo absolutamente orgánico y natural, como cuando aprendieron a bordar.
  • Tal vez buscar «clases de…», con respecto a algunas áreas, pero la verdad es que no estoy segura de esto, ya que tendría más que ver el profe que el área en cuestión. No todos los profes son apasionados de lo que enseñan, ni usan las vías adecuadas para enamorar a sus alumnos. ¡Hay que contar con mucha suerte para encontrar al «indicado»!! Ya veremos…

No sé cómo nos irá, pero al menos intentaremos ser padres más conscientes para no limitar a las nenas ni convertirlas en una versión de nosotros mismos. Ojo, que tampoco digo que la escuela sea fuente inagotable de personas interesantes que puedan inspirar a los chicos en áreas que los papás no. Pero no puedo pasar por alto que yo sí he encontrado en varios profesores una gran inspiración, despertando en mí la pasión por ciertas áreas… ojo, en mi caso fueron profesores, pero pueden ser personas de diferentes ámbitos. Me refiero a poder vivir rodeados de la riqueza que ofrece la diversidad y la calidad de las personas que nos rodean.

Y por otro lado pienso: ¡tal vez es parte de la vida! Tal vez siempre los hijos, escolarizados o no, están limitados por quiénes son sus padres y maestros, y es una total utopía esto de pensar que es posible ampliarles la perspectiva, equilibrar experiencias y ofrecerles oportunidades de verdadero acercamiento a todas las áreas.

Igual quiero seguir reflexionando al respecto y escuchar otras opiniones y puntos de vista. Si tú tienes algo que quieras decir que pueda echar más luz al asunto, ¡adelante! Deja tu comentario abajo. 

Gracias por leerme =)

Laura.-

 

PD: Son 4:50 de la tarde y todavía no me puse a hacer comida. Hoy es uno de esos días en los que no tengo ganas de cocinar; por suerte las nenas andan entretenidas y no reclamaron, y papá anduvo comiendo «botanitas» y la panza no le suena jeje.. pero la mía sí, a ver qué invento que sea rápido, sencillo y rico!