Unos amigos de Face compartieron esta nota, que me pareció interesantísima. Si bien el artículo habla de como se puede matar la creatividad en un trabajo, yo en lo personal la llevo más atrás, a la crianza de nuestros hijos y cómo podemos entorpecer su pleno desarrollo…. 
Siempre hacemos referencia a cómo potenciar la creatividad; sin embargo, tan importante como conocer las técnicas que nos pueden ayudar a ser más creativos, es conocer aquellos hábitos que matan completamente la creatividad.

Hace algunos años Teresa Amabile, directora de la Escuela de Negocios de Harvard, desarrolló una investigación interesante que abarcó varias empresas. Al finalizar, pudo identificar seis factores que mataban completamente la creatividad de las personas. Aunque la perspectiva es esencialmente gerencial, creo que cada uno de estos factores podemos aplicarlos a la vida personal.

1. Rol inadecuado: una de las formas más rápidas de matar la creatividad es darle un trabajo inadecuado a la persona errónea. En el trabajo es necesario que sintamos que nuestras competencias están estrechamente vinculadas con los roles que nos asignan, caso contrario, la desmotivación no tarda en aparecer. La tendencia a brindar los trabajos más urgentes a aquellas personas que nos resultan más “elegibles” es fatal a largo plazo si deseamos resultados creativos.

2. Restricción de la libertad: las personas necesitan objetivos específicos pero también cierta libertad para cumplirlos. Poner restricciones a diestra y siniestra no ayuda a potenciar la creatividad.

3. Reducción de los recursos: no nos engañemos, la creatividad también demanda de un mínimo de recursos, expresados usualmente en tiempo y dinero. Si restringimos ambos entonces estaremos solicitando algo prácticamente imposible. La creatividad no es como cumplir un trabajo mecánico, tiene su propio ritmo y esto a veces indica que es necesario invertir tiempo y dinero.

4. Reducir la diversidad en el grupo: cuando las personas comparten los mismos valores y formación, será difícil que las sesiones de grupo sean realmente creativas porque todos tienen el mismo “molde” de pensamiento. Por ende, para asegurar la creatividad es necesario contratar a un grupo heterogéneo.

5. Falta de aliento: es más fácil ser crítico que reconocer algo bien hecho. Sin embargo, el principal enemigo de la creatividad es la crítica malintencionada y restrictiva, por ende, un directivo debe asegurarse de motivar suficientemente la creatividad a través de palabras de aliento y reconocimiento a las ideas más audaces.

6. Falta de apoyo: entendido como las luchas internas, la politiquería y los chismes. La creatividad necesita un ambiente relajante para crecer. Se ha comprobado que cuando el medio que nos rodea nos resulta amenazador no logramos ser creativos.

Fuente: Rincón de psicología