A inicios de este ciclo lectivo (2019-2020) Gaia decidió insertarse en el sistema educativo mexicano para hacer el Bachillerato UNAM en línea. Oficialmente -pensamos todos- dejaba de ser una chica homeschooler =)

No fue raro para mí porque a grandes rasgos siempre había sido el plan: estar sin escuela hasta la prepa. No estaba claro si sería prepa en línea o presencial -lo que Gaia decidiera- pero por ahí iría la cosa.

En diciembre revalidamos la Secundaria que Gai acreditó en Marble Falls Academy (USA) y en mayo se inscribió en el Bachillerato. Hizo sus 3 meses de propedéutico y rindió sus exámenes mensuales presencialmente para aprobar cada una de las materias que lo componen.

Estaba esperando sus claves para iniciar en septiembre la primer materia, pero recibió la noticia de que se había cancelado el convenio de UNAM con el centro a distancia de Puebla por recortes de presupuesto.

Creo que yo fui la más afectada de las dos, fundamentalmente porque me dolió que su primera experiencia como jovencita que había tomado una decisión muy importante y se había esforzado por lograr sus objetivos, hubiera salido mal.

¿Ella? Estuvo bajoneada un día, y al siguiente ya estaba evaluando opciones. Así anduvo unos días.

Y el pasado lunes, mientras desayunábamos los cuatro en su lugar preferido, hace una pausa, nos mira y nos dice: 

–Ya tomé una decisión con respecto a la prepa. No me voy a anotar en ninguna.

Y acto seguido comenzó a contarnos que va a poner toda su energía en las materias de su diplomado de canto y que está evaluando pasarse a la tecnicatura (son más materias y más años), que quiere agregar un par de instrumentos musicales a su programa actual, que se apuntará en unos retos de dibujo para perfeccionar su técnica y que ahora que logró el nivel de inglés que quería, quiere seguir por el francés y por el alemán. Y que luego a los 18 ya vería cómo rendir su prepa.

Confieso que mientras la escuchaba se me llenaron los ojos de lágrimas, y a papá también. Fue ese momento en el que comprendes que todos estos años invertidos en tu proyecto familiar se han convertido en «ese precioso momento», en el que tu hija de 15 años te habla segura, libre, confiada, enamorada de sus proyectos, dispuesta a seguir comiéndose el mundo.

Todo este rollo para compartirles mi reflexión personal: 

Lo importante es sembrar en los chicos la idea de que están por encima de cualquier sistema o recurso, con la libertad de elegir lo que sea, cuando sea, siempre que sirva a sus objetivos y propósitos. Y esta libertad mental sólo es posible cuando aprendes a “salirte de lo establecido” y a asumir la responsabilidad de tus propios actos. Solamente en ese punto es cuando logras que tus elecciones estén basadas en la libertad y no en lo esperado o impuesto.

¡Comienza una nueva aventura en esta familia!

Hasta la próxima =)